- event_note 07 Jun, 2025
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Cosmética Natural Vs. Convencional: Motivos para Cambiar
Seguro que más de una vez te paraste a leer la etiqueta de una crema o un shampoo y pensaste… "¿Qué es todo esto?". Nombres rarísimos, siglas indescifrables. Esa duda es el primer paso hacia un cambio que va mucho más allá de la belleza: es una elección de bienestar.
Ahora que arranca el fresquito en Buenos Aires, es un momento ideal para hacer un "detox", no solo en la alacena, sino también en el estante del baño. La gran pregunta es: ¿seguimos con la cosmética de siempre o nos pasamos al lado natural? Acá te damos algunas razones que, para nosotros, son clave.
El Corazón del Asunto: Los Ingredientes
La diferencia más grande entre la cosmética convencional y la natural está en su ADN, en lo que llevan adentro.
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La Cosmética Convencional: Suele usar ingredientes sintéticos y derivados del petróleo como las parafinas, siliconas, sulfatos y parabenos. ¿Por qué? Porque son baratos y dan resultados muy rápidos y visibles. Una silicona te deja el pelo brillante y suave al toque, pero es un efecto superficial. Es como un maquillaje para el pelo o la piel: se ve bien por fuera, pero no está nutriendo de verdad.
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La Cosmética Natural: Acá la cosa cambia. Usamos "alimento" para tu piel. Hablamos de aceites vegetales (como el de almendras , jojoba o argán ), mantecas puras como la de karité, extractos de plantas y aceites esenciales. Son ingredientes que tu cuerpo reconoce, que puede absorber y aprovechar para nutrirse, regenerarse y repararse de verdad.
Beneficios Reales vs. Efecto "Cenicienta"
Este punto se relaciona directamente con el anterior y tiene que ver con tu salud.
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El efecto "Cenicienta": Los productos convencionales a menudo te dan un resultado increíble al instante (¡el pelo sin frizz, la piel súper lisa!). El problema es que muchas veces es un espejismo. Las siliconas, por ejemplo, crean una película que puede taponar los poros y, a la larga, dejar la piel más deshidratada. Los sulfatos potentes pueden barrer con los aceites naturales de tu cuero cabelludo, provocando irritación o efecto rebote (más grasitud).
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Beneficios a largo plazo: La cosmética natural es más parecida a una relación sana. No busca tapar, busca sanar y equilibrar. Al usar ingredientes afines a nuestra piel, fortalecemos su barrera natural, la ayudamos a regularse sola y le damos las herramientas para que esté sana de verdad. Es un camino más lento, quizás, pero los resultados son profundos y duraderos.
Nuestro Planeta También Nos Pide el Cambio
Elegir un producto es también un voto. Y cada vez que comprás, estás eligiendo qué tipo de industria querés apoyar.
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Impacto Ambiental: Muchos ingredientes sintéticos y microplásticos de la cosmética convencional no son biodegradables y terminan contaminando nuestros ríos y océanos. Además, los procesos de fabricación y el packaging no siempre son los más amigables con el medio ambiente.
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Sostenibilidad: En la cosmética natural, la filosofía es otra. Se priorizan los ingredientes biodegradables, las prácticas de cultivo ecológicas, los envases reciclables y, por supuesto, que los productos no sean testeados en animales. Es cuidar tu piel y, al mismo tiempo, cuidar nuestra casa común.
¿Lista para el Salto? Tips para una Migración sin Estrés
¡Buenísimo! Ya te picó el bichito del cambio. Pero, ¿por dónde empezar sin volverse loca?
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Empezá de a poco: No tenés que tirar todo y comprar un arsenal nuevo. Un buen truco es ir reemplazando los productos a medida que se te terminan. ¿Se te acabó el limpiador facial? Es la oportunidad perfecta para probar uno natural. Nuestra Agua Micelar con agua de rosas o la Leche de Limpieza con té verde son ideales para empezar porque son suaves y para todo tipo de piel.
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Sé paciente con el "detox": Si venís usando productos con siliconas en el pelo, quizás al principio lo notes raro, un poco más pesado o menos brillante. ¡Tranqui! Es tu pelo liberándose de los residuos acumulados. Dale unas semanas para que se desintoxique y vas a ver cómo recupera su vitalidad natural. Podés arrancar con un dúo nutritivo como el Shampoo y Acondicionador de Almendras.
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Leé las etiquetas (¡es tu superpoder!): Empezá a familiarizarte con los nombres. Si en los primeros puestos de la lista de ingredientes ves aceites (oil), extractos (extract) o mantecas (butter), vas por buen camino. Si ves "paraffinum liquidum", "dimethicone" o terminaciones en "-paraben", ya sabés que es de la vieja escuela.
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Disfrutá el proceso: Conectar con lo que te ponés en el cuerpo, sentir aromas naturales y saber que te estás cuidando de una forma más honesta y respetuosa es un camino de ida.
Si tenés dudas o no sabés por dónde empezar, ¡escribinos estamos en Ciudadela! Nos encanta charlar y ayudarte a encontrar lo ideal para vos y tu piel.
Y vos, ¿ya empezaste tu cambio a la cosmética natural? ¡Contanos en los comentarios cuál fue el primer producto que cambiaste!
Por: Pamelar Bertuch
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